En la entrada de hoy vamos a hablar de una estructura olvidada en muchos programas de entrenamiento, pero crucial en casi todos los movimientos cotidianos del ser humano. El pie es protagonista principal en movimientos tan importantes como la locomoción.
La articulación del tobillo está compuesta por la parte baja de la tibia y el peroné formando el maléolo interno y maléolo externo respectivamente en combinación con los huesos de del retropié: calcáneo y astrágalo. Aquí podemos ver una imagen con las distintas articulaciones que forma el tobillo:
El pie está compuesto por 26 huesos pequeños que se articulan entre sí en forma de bóveda. Podemos distribuirlos en:
La fascia plantar es una Estructura fibrosa y muy resistente de tejido conectivo que recorre la planta del pie desde el calcáneo hasta la base de los dedos. Es una prolongación del tendón de Aquiles y es el principal estabilizador de la bóveda plantar.
Los Huesos, la fascia plantar y el conjunto de ligamentos que refuerzan y dan estabilidad al tobillo forman el sistema estabilizador pasivo.
Los músculos del pie son el sistema estabilizador activo y se dividen en:
Musculatura extrínseca del pie, se originan en la pierna y tienen las inserciones en el pie. Son los encargados de los movimientos del tobillo-pie en la flexión dorsal, flexión plantar, inversión y eversión del pie.
Musculatura intrínseca del pie, son aquellos que su origen e inserción se sitúan en el pie. Se encargan entre otras cosas del movimiento de los dedos del pie: flexión, extensión, aducción y abducción.
Debido a la gran cantidad de articulaciones en diferentes planos, los movimientos del pie se pueden integrar en 2.
Supinación: realizando una aducción, inversión y flexión plantar. Con este movimiento triplanar el conjunto de huesos del pie se bloquea, proporcionando rigidez y estabilidad a todo el pie. Este movimiento es muy importante en la fase de contacto y propulsión de la marcha.
Pronación: realizando una abducción, eversión y dorsiflexión. Con esta acción los huesos del pie se vuelven más móviles y se desbloquean, pudiendo absorber el peso del cuerpo en la fase de amortiguación.
Volviendo a el enfoque “Joint by Joint” (Gray cook & Michael Boyle), comentado en entradas anteriores, las articulaciones del pie tienen distintas necesidades para un correcto funcionamiento en acciones tan importantes como la locomoción.
La articulación de las falanges y el tobillo tienen la necesidad de ser móviles y la zona del arco plantar con ayuda de la fascia plantar tienen la necesidad de ser estable.
Esta funcionalidad de las estructura en combinación van a ser fundamentales para amortiguar y dar estabilidad en las distintas fases de la marcha. Este trabajo en equipo de las estructuras va a dar lugar al llamado mecanismo de grua de la fascia plantar (García H.,2014). La flexión de los dedos de los pies van a hacer que la fascia plantar se tense elevándose el arco y otorgando mayores niveles de estabilidad a las estructuras del arco plantar. Este mecanismo transferido a la marcha va a ser clave , dando estabilidad en las fases de contacto y propulsión, y proporcionando movilidad en la fase de amortiguación, descendiendo el arco para soportar el peso del cuerpo en el periodo en el que el centro de gravedad pasa por el centro del pie.
Con esta visión global de la estructura y función del pie, desde Balance Sport Clinic queremos dar la importancia que se merece al trabajo del pie dentro de una buena planificación del entrenamiento.
La gran mayoría del calzado convencional limita el libre movimiento de las articulaciones del pie como puede ser el movimiento de los dedos. Además la rigidez del calzado proporciona una estabilidad externa que va a hacer que la musculatura encargada de dar esa estabilidad al pie no cumpla su función. El Tacón, en el caso habitual de las mujeres, va a proporcionar esos grados extras de flexión, limitando la dorsiflexión natural del pie.
Esta deficiencia o mal funcionamiento del pie puede provocar que las estructuras que están por encima, en este caso la rodilla, hagan el trabajo que debería hacer el pie o tobillo, creando una inestabilidad que puede ocasionar problemas y dolores en esta articulación.
Por estas razones entre otras, te proponemos una cosa: comienza a hacer tus entrenamientos descalzo para empezar a despertar esa musculatura del pie. Este simple paso puede proporcionarte grandes beneficios sin ocuparte más tiempo dentro de tus sesiones.
BIBLIOGRAFÍA
• Cailliet, R. (2006). Anatomía Funcional: Biomecánica. Editorial Marbán.
• García, H. (2014) Apuntes Anatomía funcional y Ejercicio correctivo. Modulo 1: Pie-Tobillo
• http://es.slideshare.net/abelcasatapia/trabajo-de-biomecanica-del-pie-y-tobillo-final-1
• http://runfitners.com/2012/01/los-musculos-del-pie-y-su-funcionamiento-en-los-corredores/
• http://www.felipeisidro.com/curso_direccion_programas_fitness/anatomia_y_fisiologia/10_tobillo.pdf
ESCRITO: Álvaro Asensio. Entrenador personal en Balance Sport Clinic
1 comentario en «Pie (estructura y función)»