En la sociedad actual en la que vivimos y que nos empuja hacia unos hábitos de vida sedentarios, mucha gente se plantea comenzar a hacer ejercicio físico. Se trata de una opción a tener en cuenta puesto que es algo que va repercutir de manera directa sobre nuestra calidad de vida. El problema surge cuando se lleva a cabo sin la adecuada supervisión de un experto, pues se pueden llevar a cabo errores posturales que pueden convertir un ejercicio excelente en un ejercicio con importantes riesgos de lesión.
Por ello, la higiene postural es un elemento muy importante que no debemos descuidar, tanto a la hora de hacer ejercicio físico como en nuestra vida cotidiana.
¿Qué es la higiene postural? La higiene postural no es más que la manifestación de unos patrones corporales correctos que nos hagan conscientes de la posición de nuestro cuerpo en el espacio, siendo esta eficiente y óptima. Se deriva por tanto de esta idea la importancia de trabajar previamente, dentro de una correcta planificación de entrenamiento, la musculatura más profunda del cuerpo como medio de estabilización para posteriormente poder realizar movimientos sin riesgo de lesiones y optimizando la aplicación de fuerza. Adquieren un papel primordial en este sentido músculos como por ejemplo el glúteo, trasverso, oblicuos, multífidos, serrato, músculos en los que no reparamos a la hora de llevar a cabo cualquier actividad física y que sin embargo van a determinar el buen desarrollo o no del ejercicio.
Muchos de los dolores en la zona baja de la espalda son causados por una postura inadecuada, un ejercicio mal ejecutado, un sobreesfuerzo o incluso un mal desarrollo de las actividades domésticas, derivado de años de malas posiciones en las que nos colocamos al realizarlas.
Levantar peso desde una mala posición provoca un momento crítico en el que exponemos nuestra espalda a posibles daños, siendo aquí donde hay que extremar el cuidado. La higiene postural persigue minimizar los riesgos derivados de estas malas posiciones o acciones/actitudes potencialmente perjudiciales. Muchas de ellas tendemos a adoptarlas de forma inconsciente. El simple hecho de mantenernos en bipedestación (de pie, erguidos) sin una correcta actitud postural, puede promover deformaciones en la columna vertebral, así como descompensaciones en la musculatura, provocando, de este modo, molestias, dolores y diversas lesiones musculoesqueléticas.
Si tenemos conciencia de que un mal movimiento puede acarrear determinados riesgos para las estructuras implicadas, debemos, en primer lugar, actuar con cautela e informarnos de las claves técnicas de dicho ejercicio, con el fin de mantener una correcta higiene postural.Una de las máximas de Balance4u es la de realizar correctamente cada ejercicio para cuidar nuestra salud y no provocar perjuicios. Nuestros entrenadores personales están totalmente formados y capacitados para incorporar esos hábitos tanto en durante la sesión de entrenamiento como en la vida diaria.
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