Prevención y recuperación de lesiones en ciclismo de carretera

El ciclismo de carretera como deporte va aumentando sus adeptos al igual que el ‘running’ sobretodo de forma recreativa. Este constante aumento de personas que se dedican de forma recreativa ha conllevado de forma significativa un aumento de las lesiones que se producen en esta disciplina. En el post que hoy nos ocupa trataremos de explicar cuales son las lesiones más prevalentes en la disciplina y como conseguir disminuir las probabilidades de que estas ocurran.

 

Cuando hablamos sobre lesiones debemos identificar cual es el origen de estas para poder trabajar en aquellos aspectos que sean modificables y nos ayuden a disminuir el riesgo de lesión en nuestro deporte. En el caso del ciclismo, estas lesiones pueden ser clasificadas en lesiones por contacto, traumáticas y por sobreuso.

Aunque tenemos datos epidemiológicos sobre la prevalencia de lesiones en el ciclismo, estos datos son difícilmente extrapolables a población general o que realiza este deporte de forma recreativa ya que la metodología y la población incluida en estos estudios es muy heterogénea, con lo cuál es difícilmente comparable.

 

1. LESIONES POR CONTACTO

En primer lugar, encontramos las lesiones por contacto, estas lesiones se refieren a aquellas que se producen por el contacto de alguna parte del cuerpo con la bicicleta (por ejemplo: pedal, manillar y sillín), entre las más conocidas tenemos la neuropatía plantar (el neuroma de Morton suele ser el más común), la vasculopatía perineal (principalmente debida a la presión continua del sillín sobre esa zona) y la neuropatía radial (la más prevalente es el famoso ‘túnel carpiano’).

Con respecto a las dos neuropatías, tanto el neuroma de Morton como el túnel carpiano son patologías que se deben principalmente a la compresión repetida de las raíces nerviosas más distales, en el caso del neuroma de morton entre el 3º y el 4º metatarso y en el caso del túnel carpiano principalmente afectando al nervio radial (afectando principalmente a los dedos pulgar, índice y corazón).

Estas neuropatías consiguen una mejora significativa con trabajos de movilización neural, vendajes que favorezcan el correcto deslizamiento del nervio a través de las diferentes estructuras y modificación de aspectos relacionados con el calzado y aspectos biomecánicos de la bicicleta (generando una mayor o menor flexión de la muñeca y/o desviación radial o utilizando diferentes tipos de manillar).

Imágenes de movilización de los nervios; cubital, mediano y radial. Fuente: Innofisio

2. LESIONES TRAUMÁTICAS

En segundo lugar, encontramos las lesiones traumáticas, estas lesiones ocurren principalmente por caídas, choques con otros ciclistas, choques con automóviles, y en menor medida por choques con piedras, perros y viandantes. Entorno al 50% de las lesiones traumáticas en ciclistas resultan en fracturas, las más comunes son; fractura de clavícula, fractura de muñeca, fractura de costilla y fractura de codo. Aquellas menos comunes involucran a la pelvis, la cadera o el fémur.

Estas lesiones tienen una difícil prevención más allá de la circulación por zonas habilitadas para ello, evitar circular por zonas que no tengan un correcto cuidado y tener un correcto equipamiento para mejorar la seguridad de la actividad.

3. LESIONES POR SOBRE USO

En tercer lugar, encontramos las lesiones por sobre uso, estas son comunes en el ciclismo en carretera ya que se suelen realizar recorridos relativamente largos que involucran una gran cantidad de movimientos repetidos en el tiempo. Dentro de estas lesiones encontramos que estas afectan principalmente a la articulación de la rodilla, la articulación de la cadera, la articulación del tobillo y la zona lumbar.

En cuanto a la articulación de la rodilla las dos lesiones más prevalentes por sobreuso son: el dolor lateral de rodilla, el dolor medial de rodilla y el dolor anterior de rodilla. Con respecto al dolor lateral de rodilla, el síndrome de la cintilla iliotibial es la causa más común del dolor lateral de rodilla en ciclistas, esta lesión al igual que la gran mayoría de las lesiones no traumáticas dependen de multitud de factores, entre ellos las condiciones climáticas (p.e. mayores demandas en situaciones de viento en contra), las condiciones del terreno (p.e. mayores demandas en terrenos con desniveles y pendientes), la forma de pedaleo del ciclista (p.e. una mayor rotación interna de la tibia durante el pedaleo) y los aspectos relacionados con la bicicleta (p.e. el movimiento del pie sobre la cala tanto hacia delante y atrás durante el pedaleo como hacia los laterales, una mayor holgura de la unión entre el pie y el pedal resultaran en una menor eficiencia a la hora de aplicar fuerza y por tanto a una mayor demanda muscular y articular).

El tratamiento principal de esta lesión radica en una exposición gradual a la carga de entrenamiento (ir aumentando gradualmente el tiempo de trabajo del ciclista, trabajar en terrenos con poca pendiente e ir aumentándola gradualmente y elegir días de trabajo en los que las condiciones climatológicas sean lo más favorables posible), un aumento de los niveles de fuerza tanto del tríceps sural como de la musculatura involucrada en los movimientos de flexo-extensión tanto de rodilla como de cadera y el correcto mantenimiento de las calas y el uso de un calzado adecuado.

Con respecto al dolor anterior de rodilla, este suele ser la causa más común por la cuál acuden los ciclistas a los servicios de salud. Este dolor puede ser causa de múltiples razones, tendinopatía rotuliana, tendinopatía insercional del cuádriceps o síndrome de dolor patelofemoral. Las tendinopatías suelen ser a menudo un problema de carga, es decir, un periodo en el que la carga aumenta por encima de la capacidad de recuperación del organismo o un periodo de aumento de carga muy rápido tras un periodo de inactividad o carga muy baja (suele ocurrir tras periodos vacacionales en el que se ha realizado un trabajo muy escaso o nulo de la actividad).

El tratamiento principal de esta lesión radica en una correcta gestión de la carga de entrenamiento y un trabajo de fuerza orientado a la mejora de las condiciones del tendón (trabajo isométrico y trabajo de fuerza con cargas altas realizado de manera lenta en primer lugar para ir avanzando hacia trabajo pliométrico para mejorar la rigidez y la capacidad para almacenar y liberar energía del tendón). El trabajo preventivo en este caso es muy parecido al trabajo de recuperación del mismo, una correcta gestión de las cargas y un trabajo de fuerza orientado a la mejora de las condiciones del tendón.

Con respecto al dolor medial de rodilla al igual que el dolor anterior de rodilla puede deberse a varios factores como bursitis colateral-medial, síndrome de la plica medial, tendinopatía de la pata de ganso y de forma menos común, rotura del menisco medial. La bursitis es una inflamación de la bursa, una pequeña bolsa que protege, ayuda a amortiguar diferentes zonas del cuerpo y ayuda al correcto funcionamiento de las mismas, como tendones, ligamentos, músculos y huesos. Esta inflamación puede ser debida a una causa subyacente, es decir que esta inflamación sea consecuencia de otro tipo de lesión o a un sobreuso de una zona que acaba provocando una irritación de la misma.

Dentro del tratamiento de este tipo de lesiones se incluye el tratamiento farmacológico, la gestión de la carga de la zona que se ha inflamado y por último y en casos aislados la intervención quirúrgica. El síndrome de la plica medial presenta unos síntomas de dolor medial de rodilla y una sensación de ‘click’ en la parte superior medial de la rodilla al realizar movimientos de flexo-extensión de la rodilla. La plica es un pliegue de la membrana sinovial (la bolsita que envuelve la articulación) que ante movimientos repetitivos y uso excesivo se inflama, su tratamiento al igual que en la bursitis pasa por una correcta gestión de la carga de entrenamiento y la modificación de condiciones que modifiquen la carga. Por último, la tendinopatía de la pata de ganso se denomina así debido a que es la forma que genera la unión de 3 tendones en la cada medial de la tibia, el tendón del sartorio, el tendón del grácil y el tendón del semitendinoso.

Esta lesión es tal y como se ha explicado antes, un problema que nace de la falta de una correcta gestión de la carga de entrenamiento, para conseguir mejorar sus síntomas lesión radica en una correcta gestión de la carga de entrenamiento y un trabajo de fuerza orientado a la mejora de las condiciones del tendón (trabajo isométrico y trabajo de fuerza con cargas altas realizado de manera lenta en primer lugar para ir avanzando hacia trabajo pliométrico para mejorar la rigidez y la capacidad para almacenar y liberar energía del tendón). El trabajo preventivo en este caso es muy parecido al trabajo de recuperación del mismo, una correcta gestión de las cargas y un trabajo de fuerza orientado a la mejora de las condiciones del tendón.

En cuanto a la articulación de la cadera, las lesiones más prevalentes en ciclistas es el síndrome de la cintilla iliotibial proximal o el síndrome doloroso del trocánter mayor. Parece ser que el mecanismo de lesión se debe a una compresión de forma repetida en su paso por el trocánter mayor. El principal tratamiento de esta patología se basa en el trabajo de fuerza de la musculatura tanto abductora como aductora, así como la modificación de las cargas de trabajo.

Por último, en cuanto a la articulación del tobillo, la lesión más prevalente es la tendinopatía del tendón de Aquiles, esta tendinopatía al igual que se ha mencionado anteriormente tiene su origen principalmente en una mala gestión de la carga y los preceptos para su mejora se encuentran más arriba en este mismo texto.

En conclusión, las lesiones por sobreuso parecen ser las ‘reinas’ en cuanto a prevalencia en el ciclismo y son principalmente aquellas que más factores podemos modificar para buscar su mejoría. Los factores biomecánicos, la gestión de la carga y diferentes aspectos relacionados con la anatomía y la adaptación del cuerpo al ejercicio deberían de ser valorados por el profesional adecuado para ello con el fin de obtener el mejor asesoramiento independientemente de los consejos basados en la evidencia que se han descrito en este blog.

 

Bibliografía:

– Silberman MR. Bicycling injuries. Curr Sports Med Rep. 2013 Sep-Oct;12(5):337-45. doi: 10.1249/JSR.0b013e3182a4bab7. PMID: 24030309.

– Wanich T, Hodgkins C, Columbier JA, Muraski E, Kennedy JG. Cycling injuries of the lower extremity. J Am Acad Orthop Surg. 2007 Dec;15(12):748-56. doi: 10.5435/00124635-200712000-00008. PMID: 18063715.

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