¡Hola! Soy Rosa y formo parte del equipo de BALANCE. Deje el deporte de competición hace tiempo, pero el hecho de empezar a trabajar para esta compañía, me ha hecho que el gusanillo vuelva y decidí retomar mi actividad preferida: el atletismo. Vengo a contaros mi experiencia preparándome mi primera media maratón.
Todo comenzó en la meta de la Media Maratón de Sevilla viendo desde la barrera las sonrisas de todos los atletas que cruzaban la meta y me pregunté ¿por qué no yo?
Lo primero que hice al llegar a casa fue buscar en el buscador “media maratón Sevilla 2023”.
Con la fecha de apertura de inscripciones y con la idea de correr la siguiente edición me plantee un único objetivo: acabar 21,097 km corriendo. Me daba igual si tardaba mas o menos tiempo, solo quería acabarla. Esa sensación la tenía que vivir una vez en la vida.
Lo siguiente era buscarme un entrenador, no tenía ni idea de cuantas veces tenía que correr a la semana, si tenía que hacer fuerza o no, en definitiva, necesitaba que alguien me guiara para pasar de dos o tres trotes en la cinta del gimnasio a acabar la mitad de una maratón.
Elegí como acompañante de esta aventura a BALANCE, sin duda, la mejor decisión de todas.
– 7 de septiembre, 2022. Día 1. “Correr media hora a ritmo suave, si te tienes que parar un poco a andar, anda sin problema” – 0:30:00 – 4,54km a 6:36/km.
– 29 de enero, 2023. Día tropecientos. “Correr mi primera media maratón” – 1:58:54 – 21,097km a 5:28/km.
4 meses de aventura, de idas y bajadas, que mi entrenador y todo el equipo de Balance me ha guiado, ayudado y acompañado como si fuera nuestro objetivo. Cuando digo nuestro, no exagero, todos han sido participes de que terminara con garantías la media maratón. Entrenadores, fisioterapeutas, médicos deportivos… ¡Son espectaculares!
Y de qué manera, entrenamientos variados (fuerza, series, cambios de ritmo, tiradas largas y cortas…) fueron bajando los minutos por kilómetro y, en momentos de sobrecarga, los fisioterapeutas me han ayudado a recuperarme y poder continuar sin problemas los entrenamientos.
Llegó el día, ¡qué cantidad de corredores! Salí a un ritmo que controlaba y fui viendo sensaciones km a km. Llegue al kilómetro 14 bien, distancia máxima que había entrenado, y a partir de ahí fui a mejor, no era ni consciente del ritmo que llevaban mis piernas. Estaba disfrutando.
En el kilómetro 19 empezó lo peor de la carrera, algunos corredores dejaron de correr y andaban pero las ganas de llegar a meta podían con todo.
Kilómetro 21, no quería mirar el reloj para no ver mi tiempo, y cuando paré el crono y miré: 1 hora, 58 minutos y 54 segundos, me emocioné y ¡hasta lloré de alegría al recibir la medalla!
Una experiencia increíble que espero repetir, incluso me planteo la maratón el año que viene. No dudaré en volver a elegir a BALANCE para prepararme físicamente y mentalmente. Os lo recomiendo.